Tengo tantas fotos como historias que contar y a esta historia le llamaremos «Tahito» así se llama el niño que me enseño del desapego en menos de 1 hora. Llegamos al Lago Titicaca y yo como en todo el viaje cargaba en mi mochila con mi cámara y mi tambor, un tambor que tengo que decir que no es cualquier tambor, pues esta hecho especial para mi, pintado a mano la misma loba que llevo tatuada en mi pierna, así que en cada lugar que ibamos me gustaba obvio tomar fotos pero también sentir el sonido de mi tambor.

En cuanto bajamos del bote en el que viajábamos nos atendió una familia muy humilde, que debo de confesar que entendía la dinámica de ese tour, pues hay un tipo de turismo conocido como «turismo pobrista o turismo de tugurios» que tiene como finalidad vender a travez de la pobreza; sin embargo, no fué en lo que me enfoqué de esa visita, (ni tampoco me interesa ahondar en el tema) si era cierto que vivían en esas islas, o que cantaban canciones en portugués, francés e inglés para atraer el turismo, yo solo disfrute de sus miradas genuninas y entre ellas especialmente resaltaba la de Tahito, un niño con una chispa imparable, en cuanto vió mi tambor le brillaron los ojitos, lo agarro y se fue corriendo con el, yo en ese momento pensé «ya valio mi tambor😱!» así que fui corriendo tras de el para recuperarlo, cuando encontré a Tahito, estaba dentro de una choza escondido con su hermanita, una bebé a la que les estaba enseñado tocar el tambor, estaban tan entretenidos los dos que no me imaginaba quitandoles mi tambor, así que para los que me conocen ya que le pongo un valor especial y emocional a ciertas cosas tuve que hacer un ejercicio de desapego para regalarles mi tambor, acto seguido Tahito salió a jugar con su primo, presumiendo el tambor, después del desapego pase a la alegria de verlo tan feliz con mi tambor, ya cuando ibamos de regreso, Tahito había dejado mi tambor en el bote que me regresaría y cuando volteé a buscar a Tahito el ya estaba a lo lejos entretenido con un pan, con la misma algria que minutos atrás se habiá entretenido con mi tambor…